El 40% de las personas piensan entre 3 y 8 horas diarias en las partes de su cuerpo que no les gustan

La apariencia física siempre ha sido una de las principales preocupaciones de las personas. , por aquello de  “la cara es el espejo del alma” o “como te ven te tratan”. Tener una nariz perfecta, unos labios más gruesos o un abdomen plano, son pensamientos que rondan nuestra cabeza, especialmente en la adolescencia. Pero, cuando estos pensamientos se convierten en recurrentes y obsesivos podemos caer en una grave fobia, el trastorno dismórfico corporal.

La distorsión en la imagen corporal, comúnmente conocida como dismorfofobia, es la preocupación excesiva por uno o más defectos o imperfecciones que el paciente observa en su aspecto físico. Estos no son grandes malformaciones, sino pequeñas imperfecciones, incluso imaginadas o tan leves que otras personas no parecen darles importancia. No obstante, es un grave problema de salud mental que cada vez afecta a más personas en nuestra sociedad.

Síntomas de la dismorfofobia

Los síntomas más comunes, son la preocupación por las marcas del acné, las cicatrices, las arrugas, la pérdida de pelo y la nariz grande o torcida. Aunque cualquier otra parte del cuerpo es susceptible de ser objeto de esta manía.

Una persona puede llegar a obsesionarse con 5 o 6 partes de su cuerpo a lo largo de su vida, teniendo en cuanta que aproximadamente el 40% de los individuos con dismorfofobia piensan en las partes de su cuerpo que no les gustan de 3 a 8 horas diarias y otro 25% piensa en ellas más de 8 horas cada jornada.

Normalmente quienes padecen este trastorno suelen ser perfeccionistas, tímidos, ansiosos socialmente y muy sensibles al rechazo. Gran parte de ellos sufre de depresión que normalmente se manifiesta con angustia y sentimiento de inferioridad, pudiendo presentar alteraciones graves en la alimentación. Así pues, ante cualquier sospecha la detención prematura de los síntomas de la dismorfofobia es importante para frenarla antes de que se agrave con el paso del tiempo.

También te puede interesar:  Tratamientos no invasivos II

Cómo superar la obsesión por el aspecto físico

El primer paso para superar la obsesión es acudir a un psicólogo que nos ayude a trabajar nuestras inseguridades, cambiar forma de pensar sobre nosotros mismos, y evitar comportamientos perjudiciales, como analizarnos continuamente en el espejo.  

Ahora bien, existen casos en los que la ayuda psicológica no es suficiente para que la persona se sienta bien y por tanto, es necesaria la cirugía estética. En España, la rinoplastia y el los rellenos de colágeno en los labios son las operaciones más demandadas por los pacientes con dismorfofobia. No son intervenciones muy complicadas y pueden ayudar a eliminar complejos que dificultan nuestro día a día.

De igual forma, si padecemos un trastorno dismórfico corporal es importante que antes y después de cualquier operación estética acudamos a un profesional que nos ayude a mejorar nuestra autoestima.

Si estás considerando someterte a un procedimiento de cirugía estética, en la Unidad de Cirugía y Medicina Estética Muguerza-Franco de la Clínica Euskalduna, contamos con un equipo de expertos que te brindará una evaluación precisa y personalizada de tu caso, ayudándote a determinar la mejor opción de tratamiento. No dudes en solicitar una cita  en el  638 852 942 o escríbenos a muguerzafranco@muguerza-franco.com para recibir asesoramiento sin compromiso.