Los hilos tensores son una técnica de medicina estética cuya finalidad es crear una tensión en la piel para disminuir su flaccidez y descolgamiento.
Elaborados con sustancias reabsorbibles y biocompatibles, estas se insertan debajo de la dermis ayudando a producir colágeno y elastina y generando un efecto de elevación en la zona trabajada, disminución de las pequeñas arrugas y reafirmación del rostro.
Es una técnica ambulatoria que se realiza en consulta, con la ayuda de un poco de anestesia local y de una forma muy sencilla.
Tras la implantación de los hilos puede haber una cierta rojez, hinchazón en la piel y algún pequeño hematoma, en cualquier caso disimulables y que permiten reanudar la actividad cotidiana.
La duración de sus efectos oscila entre los 10 y 18 meses, dependiendo de cada paciente.
Junto con otros tratamientos eficaces contra la flaccidez como la hidroxiapatita cálcica o la radiofrecuencia fraccionada, conseguimos el efecto de un lifting no quirúrgico.