Implanta grasa obtenida de otras partes del cuerpo de la paciente, pero no es un resultado permanente ya que se reabsorbe alrededor del 30%
Muchas mujeres hoy en día barajan la opción de hacerse un aumento de pecho y para ello recurren a la cirugía estética. El tratamiento más destacado durante muchos años ha sido la implantación de prótesis, no obstante, existe otra alternativa: el lipofilling mamario. Pero este tratamiento sólo está indicado para quienes desean un leve aumento o corregir una pequeña diferencia de tamaño entre ambas mamas ya que el lipofilling sólo consigue aumentar la cuarta parte de una copa.
¿Quién es una buena candidata para el lipofilling?
Las mejores candidatas son aquellas mujeres que desean aumentar el volumen de su pecho un cuarto de copa y cuentan con suficiente grasa en otras zonas del cuerpo como para poder extraerla. Es importante tener un índice de masa corporal menor a 25kg/m2 y una mamografía en la cual todo esté en orden. Además, no debe contar con antecedentes personales o familiares de enfermedades mamarias. En el caso de las mujeres más delgadas no es recomendable hacerse este tipo de intervenciones, no obstante, si así lo desean deberán consultar con el cirujano el procedimiento a seguir.
¿En qué consiste?
El lipofilling mamario es una intervención que, dependiendo del volumen que se quiera conseguir, deberá dividirse en varias sesiones y cuya duración es entre 1-2 horas. Consiste en 3 pasos: obtención, preparado e inyección.
En primer lugar, tenemos la obtención de la grasa, la cual será extraída mediante la técnica de liposucción y de zonas del cuerpo en las cuales haya un exceso como pueden ser el abdomen, los muslos, las caderas o los glúteos.
El procedimiento para la extracción comienza con la introducción de anestesia local en la zona escogida, lo que va a garantizar un menor daño a las células grasas. A continuación, se introduce a través de unas finas cánulas agua a una presión moderada, a la vez que se van extrayendo poco a poco dichas células.
Una vez sacadas se depositan en un contenedor sellado en el que se purifican, lavan y centrifugan para separar el contenido que se va a inyectar del resto. Seguidamente, se aplica anestesia general al paciente ya que el procedimiento así lo requiere. El cirujano colocará en unas jeringas la grasa a introducir, las cuales irán conectadas a unas cánulas que habrán sido insertadas en las mamas a través de punciones.
Recuperación
Estas operaciones deben realizarse en hospitales o clínicas que cuenten con quirófanos y equipos de profesionales cualificados, como afortunadamente ocurre en las instalaciones de la Clínica Euskalduna. Finalizada la intervención deberá estar ingresada durante unas horas y durante los 15 primeros días la paciente no podrá ni levantar peso ni hacer esfuerzo, no obstante, podrá llevar un ritmo de vida sedentario pasada la primera semana y retomar el deporte tras un mes y medio.
Los síntomas postoperatorios normalmente son la molestia y sensación de tensión en las mamas días después de la operación, que irá cediendo poco a poco gracias a los analgésicos, y la pérdida parcial de la sensibilidad, la cual irá recuperándose a lo largo del tiempo.
Al principio las mamas podrán estar inflamadas y duras, no obstante, transcurrido los días irán adoptando un aspecto más natural. Los expertos recomiendan que se use el sujetador, en cual no deberá ser de aro rígido, o la banda mamaria de forma continuada. La zona de inyección deberá mantenerse limpia, seca y no deberá masajearse hasta que lo indique el cirujano. Por último, la paciente deberá abstenerse de tomar bebidas alcohólicas o tabaco durante unos meses ya que puede afectar negativamente al procedimiento.
Ventajas e inconvenientes
El cuerpo no produce rechazo al injerto ya que lo que se está inyectando son las propias células de la paciente, las cuales son reconocidas por el organismo y a diferencia de los implantes mamarios, no se hacen incisiones directamente en las mamas ya que se hace a través de cánulas, sin dejar cicatriz de operación de pecho. Al no colocar unas prótesis la paciente se ahorra el mantenimiento de las mismas y las complicaciones que estas puedan dar debido a roturas o contracturas capsulares.
Sin embargo, como ya hemos mencionado anteriormente, la paciente debe ser consciente de que la reabsorción de la grasa podrá llegar a ser del 30% dependiendo de cada persona por lo que no se trata de una intervención con efectos permanentes.
Por ello, si deseas aumentar o remodelar el tamaño de tus pechos, lo que debes hacer es acudir a un centro que cuente con un equipo de profesionales con más de treinta años de experiencia como el de Muguerza-Franco y estudiar la mejor opción para tu caso concreto y anatomía.
Fuentes: GCI Y NOTICIAS DE LA CIENCIA