Mujer triste junto a un espejo roto

“Es fundamental acudir a manos expertas” afirma la doctora Mercedes González Cobreros del equipo Muguerza-Franco

El intrusismo laboral en el sector de la medicina estética ha alcanzado niveles alarmantes en España, con un incremento significativo de denuncias en los últimos años. Según los últimos datos proporcionados por la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), en lo que va de 2024, se han registrado más de 400 denuncias por prácticas ilegales, superando los 300 casos del año anterior. Este incremento refleja un fenómeno en expansión, impulsado por la creciente demanda de tratamientos estéticos y la proliferación de falsos profesionales que ofrecen estos servicios sin la debida acreditación médica.

«Nos enfrentamos a un grave problema de salud pública. Muchos de estos falsos médicos no solo carecen de la formación adecuada, sino que también utilizan productos de baja calidad o no autorizados, lo que pone en riesgo la salud de los pacientes», alerta la doctora Mercedes Gonzalez Cobreros, cirujana plática reparadora y estética perteneciente a la Unidad de Medicina y Cirugía Estética Muguerza-Franco de la Clínica Euskalduna. «Hemos visto casos de personas que sufren graves secuelas, como deformidades faciales o infecciones, por eso es importantísimo verificar que se estás en manos expertas”, puntualiza Mercedes».

Crece la demanda, crece el riesgo

En la última década, el número de médicos especializados ha crecido de manera constante, con más de 4.500 profesionales que operan en aproximadamente 7.500 clínicas en todo el país, cifras que reflejan un notable incremento desde los datos de años anteriores. «La demanda de tratamientos ha crecido exponencialmente, especialmente tras la pandemia, cuando las videollamadas y la mayor exposición digital motivaron a muchas personas a optar por procedimientos estéticos», comenta fuentes de SEPCRE, Sociedad Española de Cirigía Plástica Reparadora y Estética

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Este aumento en la demanda ha sido impulsado en gran medida por la popularización de plataformas sociales como Instagram y TikTok, donde muchos usuarios comparten abiertamente sus experiencias con tratamientos estéticos. Hoy día, no solo se ha roto el tabú, sino que el aspecto físico ha cobrado más importancia en la vida cotidiana.

En este contexto, el número de tratamientos faciales inyectables, como el bótox y el ácido hialurónico, sigue creciendo a un ritmo del 20% anual, según las últimas cifras del sector, superando el aumento del 15% que se registraba en años anteriores.

Planes de Sanidad para frenar el intrusismo

Frente a esta realidad, el Ministerio de Sanidad ha anunciado que está trabajando en la modificación del decreto que regula las operaciones estéticas en España, con el fin de endurecer las medidas contra el intrusismo. Entre las nuevas propuestas se encuentra la creación de un registro obligatorio para los profesionales que deseen realizar tratamientos estéticos, así como el endurecimiento de las sanciones para aquellos que ejerzan sin titulación oficial.

«Es fundamental que los pacientes puedan verificar que están en manos de profesionales acreditados y que los productos utilizados son seguros. No podemos permitir que la salud de las personas quede en manos de individuos sin formación», declaró una fuente del Ministerio.

Además, se está considerando una mayor vigilancia en las redes sociales, donde muchas de estas actividades ilegales se publicitan. Se anuncian con precios muy por debajo del mercado, lo que resulta atractivo para quienes buscan opciones más económicas, pero a un costo muy alto en términos de salud», sentencian desde Sanidad.